


La Abuela
Evangelina cuando se fue, no nos dejó muchas cosas.
Se llevó todas sus enseñanzas y solo nos dejó algunas.
Se llevó las fiestas de la calle 20 de noviembre,
Y la invitación eterna de ir a visitarla.
Se llevó las comidas de los domingos,
Y no nos dejó en la herencia tesoros ni castillos.
Evangelina cuando se fue no nos dejó muchas cosas,
Pero nos dejó una muy valiosa:
Nos dejó un dulce.
Nos enseñó a hacer este dulce.
Quizá la receta no era de ella, no importa.
Evangelina nos dejó tal vez sin saberlo una forma de recordarla,
Se aseguró con su herencia de estar con nosotros las navidades, los domingos.
Se aseguró de estar rodeada siempre de gente cuando la gente tiene una razón para celebrar.
Evangelina no nos dejó muchas cosas, pero nos dejó estas:
su recuerdo, un dulce y su ejemplo.
Y pensamos que en una familia,
La abuela es la reina.
Por eso decidimos llamarle a nuestra marca:
